Los lectores habituales de este blog habéis sufrido mis
iras, rabietas y quejas con respecto a la conciliciación de la vida familiar y laboral.
Yo no me considero una superwoman, ni mucho menos. Y, si lo
parezco, es porque, lo que hago, lo TENGO que hacer y si a las obligaciones le
añado lo que QUIERO hacer por hobby, diversión o evasión el resultado son unas
jornadas maratonianas.
Como yo, millones de mujeres (y además madres) de todo el
mundo nos ponemos el traje de superwoman cada mañana y afrontamos “la carrera
del día” como buenamente podemos (¡qué remedio!).
No me hace falta irme muy lejos (seguro que a vosotras
tampoco) para ver a muchas de esas superwomen.
En mi círculo más cercano tengo
algunas:
E. me “acompaña” en mis madrugones y a las 5.30 de la mañana
ya nos damos los buenos días por whatsapp y ánimos para aguantar la vorágine
del día que nos espera.
Prepara a sus hijos para el cole, recoje a su mami, se va a
trabajar, por la tarde va a por sus niños al cole, los lleva a las actividades
extraescolares, a las citas médicas, a los cumples… mil y una cosas que
soluciona cada día ella solita corriendo de un lado a otro de Madrid.
V. es ginecóloca en un hospital y en un centro de salud y,
además, da conferencias sobre lactancia materna. Madre de tres hijos a los que no
desatiende ni un segundo. Y, encima, siempre está predispuesta a sacar tiempo
para atender nuestras paranoias con la mejor de sus sonrisas. Es una mami “ecológica”
y transmite a sus hijos esos valores.
Vi. es otra mamá que corre de arriba a abajo por media
ciudad cada día entre su trabajo de periodista y sus hijos, a los que lleva
siempre como un pincel vayan donde vayan. Además, no descuida ni un segundo a
su mami y no sabe decir “NO”.
R. una mamá coraje, volcada en su marido, su hijo, sus
padres, sus hermanas… siempre preocupada por los demás y dejándose a ella para último
lugar. No veréis a su hijo despeinado ni con una sola mancha nunca.
P.Con un trabajo extremadamente duro (por el que su salud se
está resintiendo), siempre está pendiente de nosotras. Nos pregunta cómo
estamos y “se queda para escuchar la respuesta”. Tiene un corazón tan grande
que yo siempre le digo que se merece un monumento.
M.J. Con dos niños, uno de ellos un bebé, se pasa las noches
en vela y, aún así, se levanta con la mejor de las sonrisas y nos da ánimos a las
demás. Por supuesto trabaja (en su propio negocio), lleva su casa, su familia…
y encima da cursos de manualidades a otras mamás. ¿Cuántas horas creéis que
tienen sus días?
Mt. Ejecutiva con dos niños. Otra que se levanta al punto de
la mañana y corre de un lado a otro todo el día entre sus hijos y su trabajo. Preocupada
siempre por su familia es capaz de dejarlo todo y correr allá donde la
necesiten, aunque le suponga “olvidarse” de comer durante tres días.
M.A. Autónoma y mami de un terremoto que nunca quiere
dormir. Otra que vive por y para su familia y no sabe decir que “no”.
M. Una mami que, a pesar de estar atravesando un mal
momento, todavía se disculpa por quejarse. Desde aquí te digo que TIENES
DERECHO A QUEJARTE LO QUE TE DÉ LA REAL GANA. Faltaría más.
Ra. Mami de dos niñas que se esfuerza por salir de una
situación laboral inestable y nos endulza con sus supertartas (de aquí a nada
sus tartas serán famosas, os lo digo yo). Cuida con primor a sus nenas y a su
marido y, de vez en cuando, pone a quien tiene que poner en su sitio.
¿Qué? ¿Os suena, verdad? ¿A que os sentís identificadas? Pues
todas ellas son mamis reales, son mis amigas y, además de ser todas unas
supermujeres, no sabría vivir sin ellas.
Aprovecho el día de hoy para decirles, a ellas y a todas las
que se encuentren en situación similar, que somos unas SUPERWOMEN.
¡¡¡¡FELIZ DÍA DE LA MUJER!!!!
(por cierto, ¿hoy nos dan el día libre, no?)
Today I want to congratulate all the superwomen who get up every morning and run a marathon between work and family. Happy day to all women.